João Sebastián Aldecoa – Disonancias

Hurgo en la herida del olvido
para encontrar mi nombre y no me encuentro.
Queda esperar pero hace frío,
llueve siempre aquí adentro,
siempre gotas amargas.

Quizá mañana abran las puertas del cielo
y caigas allá, lejos del horror,
trayendo la espiga que doblega la espalda de dios
y hace mortal a la sonrisa, eterna la agonía.

Entonces, ¡desgárranos!
Quita este velo de existencia que no es más que bruma,
dolor, sueños que nunca vienen
sino en las lágrimas de lo que no seremos.

Lo dijo ella:
«¡Tanta vida Señor!
¿Para qué tanta vida?»

Sophie LéCuyer